jueves, 28 de febrero de 2013

Los medallones romanos de César a Adriano


Acaba de llegar a mis manos la segunda edición del libro de Peter Franz Mittag, Romische Medaillons: Caesar bis Hadrian (Los medallones romanos. César a Adriano), que presenta un estudio detallado y un catálogo sistemático de todos los medallones tempranos del Imperio Romano.

Quien dice "Medallones romanos" piensa, sin duda, primero en el clásico trabajo de Francesco Gnecchi. Mittag no ofrece un estudio general tan amplio como el del gran numismático italiano. Se concentra sólo en el período clave en el que se produce el gradual desarrollo de los medallones como género numismático independiente, un proceso que se completa con Adriano, el primer emperador en acuñar este tipo de piezas con las características típicas que se mantendrán en las épocas sucesivas. El menor horizonte temporal le permite un análisis más profundo de cada una de los ejemplares incluidos, lo que es una de las características más interesantes del libro.

Mittag dedica a la descripción de los medallones de César Trajano sólo 20 páginas (23-42), dado que se trata de pocos ejemplares (ninguno de estos emperadores produjo más de 20 piezas que puedan considerarse con seguridad como medallones). Mittag identifica, por el contrario 136 medallones de Adriano y su estudio constituye el verdadero núcleo de la obra.

Las fronteras que separan a los medallones de las monedas no son siempre claras y ello es particularmente frecuente en el período analizado por Mittag en esta obra, en el que no existe todavía un género de medallones con características uniformes y el nivel de experimentación en la ceca de Roma es considerable. Mittag utiliza de forma convincente los siguientes criterios generales: 1) Gran peso y tamaño que no se corresponde con ninguna denominación vigente 2) Un estilo y un nivel de calidad poco comunes 3) Ausencia de desgaste como prueba de que la pieza no ha circulado como moneda.

En líneas generales, esta edición (producida tan sólo dos años después de la primera) salva algunos errores y omisiones de la precedente y será, con seguridad, por mucho tiempo, la obra de referencia estándar para estos medallones. Pienso en el futuro dedicar una serie de entradas a discutir en más detalle sus argumentos.

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